El Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es un material biológico que se obtiene de la propia sangre del paciente tomando una muestra por una punción venosa. Es similar a la toma de sangre en una analítica convencional.
Dicha sangre se somete posteriormente a un proceso de centrifugado para separar los distintos componentes (glóbulos blancos, glóbulos rojos, plaquetas y plasma). Una porción del centrifugado contiene plasma rico en plaquetas, que son las células que participan en la coagulación. Éstas poseen un gran número de sustancias llamadas “factores de crecimiento” que promueven la migración y división celular. Estos factores tienen el potencial de estimular la respuesta reparativa de los tejidos dañados.
Debido a esta capacidad de regeneración y reparación de los tejidos, el PRP tiene diversas utilidades en medicina. Se usa en medicina deportiva para la reparación de articulaciones dañadas o lesionadas. También en cirugía oral y maxilofacial para los casos de regeneración ósea guiada previa a la colocación de implantes dentales
En dermatología y medicina estética su uso está muy extendido pues su inyección en la piel permite la regeneración de las capas de la misma. Así, se obtiene una piel más firme y luminosa, consiguiendo una piel de aspecto más joven.
Otro uso muy extendido lo encontramos en los casos del tratamiento de pacientes con calvicie (alopecia), pues la inyección del PRP en el cuero cabelludo ha demostrado que frena la caída del cabello y permite regenerar más cabellos por folículo. Al ser un producto obtenido directamente del propio paciente, si se realiza con las técnicas
adecuadas, el riesgo de generarse reacciones inmunes, alérgicas o infecciosas es mínimo, lo que lo convierte en una técnica muy segura y que cada día va ganando más adeptos.
Este tratamiento es realizado por el doctor Philip J. Brabyn
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