El dolor y la rigidez cervical es una de las patologías que vemos con mayor frecuencia en consulta pudiendo estar relacionado o no con dolor de cabeza. En la mayoría de casos sin relación a haber sufrido daño o lesión.
Una de las preguntas constantes que nos hacemos es si estaremos perpetuando el dolor al dormir, ya que asociamos un mayor dolor con el colchón, la almohada o la posición para dormir.
A día de hoy no hay una relación establecida entre la presencia del dolor cervical con la dureza de la cama y la almohada ni con la posición que adoptamos para dormir. En este sentido es más importante dormir en una posición en la que estemos cómodos y no caer en preocupaciones ni culpabilidad por no dormir en una posición determinada.
Otra de las cuestiones más frecuentes es sobre las posiciones que adoptamos en el trabajo, casi siempre en trabajos con ordenador. No es raro sentir dolor, pesadez o fatiga al mover alguna parte del cuerpo cuando hemos estado parados durante tantas horas.
Incluso si mantuviéramos posturas culturalmente aceptadas, seguimos de media 8 horas en estático o con pequeñas variaciones de la posición. Seguramente en la mayoría de nosotros esto también se traduciría en fatiga muscular y dolor porque no estamos preparados para aguantar tanto tiempo.
No quiere decir que en determinadas personas haya posturas concretas que aumenten su sensación de fatiga o le genere dolor. Lo importante en este aspecto es dedicarle tiempo a trabajar la movilidad de toda la espalda y a fortalecer la musculatura, para hacerla más competente o más resistente a las necesidades de nuestro contexto laboral.
No hay recetas mágicas para disminuir el impacto del día a día, los pilares fundamentales son mantener una buena hidratación y alimentación, actividad física y gestión del estrés. El estrés es un potente catalizador del dolor cervical y uno de los factores principales en la mayoría de nosotros.
Cuando estamos sometidos a estrés durante mucho tiempo somos más susceptibles a notar fatiga, dolor u otra sintomatología ante situaciones que en otro contexto no nos supondría ningún problema.
Para controlar el estrés es importante buscar actividades que nos ayuden a conectar con nosotros mismos, hacer ejercicio, pasear al sol, leer, dibujar o cualquier cosa que nos motive o nos guste. También es aconsejable buscar ayuda profesional si no te ves capaz de gestionar tu situación.
Desde la fisioterapia y en nuestra clínica m4faces podemos trabajar tanto en la disminución del dolor con técnicas manuales, recuperar la movilidad y fortalecer la musculatura con ejercicios específicos. Todo esto para aumentar las capacidades y a largo plazo hacer que el dolor sea menos frecuente.